17.12.08

Odio las despedidas...

Realmente las odio, las evito, me hago la boluda, pienso en otra cosa hasta último momento, cuando ya no queda más remedio que enfrentar la realidad.

Hace un par de días en el trabajo se vive ese ambiente de evasión, de no pensar, de no hablar, de hacernos las boludas y sí, porque se va “la Ire” y a todos se nos abre un huequito en el corazón.

Y sí, porque “la Ire” es de esas personas que se hacen querer fácil y mucho, y que rapidito sin que te des cuenta, pasa a ser alguien muy importante en tu vida.

Y sí, se hace querer mucho, porque es transparente, sincera y puro corazón, o porque es brillante y sensata, o porque sabe escuchar y tiene la palabra justa en el momento preciso. Por todo eso y más.

O porque sí, porque por esos caprichos, el destino puso en mi camino una amigaza de esas que se cruzan poco en los caminos y que cuando lo hacen dejan huella.

Y estas palabras son tan mezquinas porque me pone triste saber que no la voy a ver todos los días… pero “la Ire” se va porque se juega. Se juega por su amor y por un futuro mejor y no se podía esperar otra cosa de ella.

Ay! Sigo odiando tanto las despedidas, cada vez más, y sigo siendo mezquina al decir que te voy a extrañar, pero me pone feliz tener la certeza de que te va a ir muy bien… porque a la gente muy bien, le va muy bien.

4 dicen:

Bel. B said...

Ay Merilen! Sigo llorando...Es así, nuestra Ire se nos va pero nos deja la alegría, la sinceridad y el aliento sobre todas las cosas.
Merila, nos tendremos que encargar de reemplazar los mates mañaneros!!! jaja (le pongamos un poco de onda porque nos deprimimos sino).

Anonymous said...

ahora sí que se me ceyó el lagrimón....

Belén said...

Mujeres lloren tranquilas, tengo alcohol en gel para higienizarse jejejeje... bs, ahora comenzaremos a planear el reencuentro y nuestro viaje 2009!!

claudia paredes said...

"Uno nunca dice adiós a lo que verdaderamente quiere" (escuchado hoy en la entrega de diplomas de mi hija mayor)