Hermosos lugares y cálida gente tiene nuestro país.
Mis hijos no tienen padres muy "extreme adventure", pero hicimos el esfuerzo y nos subimos al teleférico del cerro San Bernardo en Salta.
Ellos... saltaban emocionados de alegría dentro de mínimo cubículo que se balanceaba a no se cuantos metros de altura. ¡Te-le-fe-ri-to! ¡Te-le-fe-ri-to!
El papá y yo... muertos de miedo y recordando el ser niño y no tener fobias a las alturas!